Desde un anillo hecho a mano en la casa de sus padres hasta convertirse en ícono de la alta joyería peruana, Aldo Noriega ha escrito su historia con fuego, metal y corazón.
Con solo 23 años, un puñado de oro y muchas ganas de salir adelante, Aldo Noriega comenzó a forjar su destino en el mundo de la joyería. En una época donde todo parecía difícil y los recursos escasos, transformó 31 gramos de oro (valorados en 200 dólares) en joyas muy pequeñitas; siendo su primera colección y una de ellas fue el anillo que le obsequió a su hermana Cecilia por sus 30 años . No lo sabía entonces, pero aquel gesto de amor se convertiría en el primer capítulo de una marca que hoy es sinónimo de lujo, tradición y excelencia: Aldo & Co.
EL TALLER DE LOS SUEÑOS
Los inicios no fueron glamurosos. El taller funcionaba en la casa de sus padres y creció lentamente, con mucho sacrificio, hasta convertirse en una empresa que hoy lidera el mercado de joyería personalizada en el Perú. A lo largo de las décadas, Aldo ha mantenido intactos dos pilares: la artesanía de calidad y el trato humano. Cada pieza que sale de su taller tiene una historia que contar, porque no se trata solo de joyas, sino de herencias emocionales.
UNA MARCA CON APELLIDO Y LEGADO
Aldo & Co. no es solo una joyería, es una empresa familiar que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder la esencia. Hoy, su hijo Franco Noriega es el CEO y pieza clave en la profesionalización y expansión de la marca, mientras su hija Flavia Noriega impulsa el lado creativo y estratégico desde el marketing y la innovación digital.
Juntos han logrado que la marca crezca sin perder sus raíces, consolidándose en el mercado local y preparándose para abrirse paso en escenarios internacionales.
MÁS ALLÁ DEL BRILLO: LA ESENCIA HUMANA
En sus propias palabras, Aldo lo resume así:
“Mi propósito fue siempre construir algo con sentido, con alma. Las joyas deben emocionar, contar historias, conectar generaciones y ser parte de esos momentos especiales.”
Y lo ha logrado. No solo ha diseñado miles de piezas únicas, sino que ha formado una comunidad fiel que valora el detalle, el servicio y la dedicación. En una industria muchas veces dominada por la producción masiva, Aldo & Co. sigue apostando por la personalización, la calidad y el trato directo con el cliente.
UNA HISTORIA QUE RECIÉN COMIENZA
Hoy, a más de 40 años de ese primer anillo, Aldo & Co. es más que una marca: es símbolo de perseverancia, identidad y evolución. Y aunque Aldo sigue diseñando y soñando como el primer día, sabe que su mayor obra no es una joya en vitrina, sino el legado que está dejando en su familia, su equipo y cada uno de sus clientes.