Ayer, la icónica Plaza Mayor de Madrid se transformó en escenario de uno de los desfiles más memorables de la temporada, la presentación de Carolina Herrera para su colección Primavera Verano 2026, bajo la dirección creativa de Wes Gordon.
Más de 800 invitados, entre referentes de la moda, el arte y la cultura, presenciaron un espectáculo que combinó tradición, teatralidad y modernidad. En el corazón de la plaza, una pasarela rosada recorrió todo el espacio monumental, convirtiéndose en un gesto audaz y poético que contrastaba con la arquitectura clásica del lugar y envolvía a la ciudad en un aire de celebración.
La colección fue una verdadera carta de amor a España. Estampados de lunares, flores exuberantes, bordados minuciosos y capas castellanas reinterpretadas dieron vida a looks que respiraban identidad cultural. Wes Gordon tomó referencias de patrones tradicionales españoles, los amplificó y los llevó al terreno de lo contemporáneo, logrando piezas que fusionan raíces históricas con frescura global.
El protagonismo también estuvo en las estructuras fuertes pero femeninas, que definieron la silueta de la temporada: hombros marcados suavizados con cinturas delicadas, faldas de gran volumen balanceadas con tops ligeros y vestidos que alternaban dramatismo arquitectónico con movimiento fluido. Una combinación que resaltó la idea de la mujer Carolina Herrera como poderosa, elegante y profundamente femenina.
La participación de artesanos locales y colaboraciones con oficios tradicionales reforzaron el vínculo de la moda con la riqueza cultural de España. Todo acompañado por una atmósfera festiva, donde el rosa de la pasarela simbolizó una feminidad vibrante y contemporánea.
Con este show, Carolina Herrera no solo presentó una colección, sino que dejó una huella en la historia de Madrid, reafirmando su lugar entre las grandes casas que saben transformar la moda en experiencia cultural.
