La moda volvió a abrazar la historia en una noche que quedará marcada en el calendario de la alta costura.
Dolce & Gabbana presentó su colección Alta Moda 2025 en el majestuoso Castel Sant’Angelo, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad eterna. Bajo el cielo romano y rodeados de siglos de arte, los diseñadores rindieron homenaje a la capital italiana a través de una propuesta que fusionó espiritualidad, sastrería eclesiástica, grandeza barroca y un romanticismo profundamente teatral.
El Castel Sant’Angelo, con su arquitectura imperial y vistas al Vaticano, fue el escenario perfecto para una narrativa visual cargada de simbolismo. La colección, compuesta por más de 90 looks, encontró su inspiración en la indumentaria litúrgica, la arquitectura monumental, el arte sacro, el Renacimiento y el cine italiano de los años dorados. Domenico Dolce y Stefano Gabbana reinterpretaron estos elementos en clave de alta costura: corsés que evocaban armaduras de emperatrices, túnicas que recordaban vestiduras clericales, y vestidos joya bordados con íconos como el Coliseo, la Fontana di Trevi o las cúpulas barrocas. Cada pieza, elaborada con tules vaporosos, mosaicos dorados, mármoles y pedrería, se convirtió en un relicario viviente.
El front row fue tan deslumbrante como la pasarela. Monica Bellucci, Demi Moore, Naomi Campbell y Helen Mirren ocuparon sus lugares como verdaderas musas de la casa, aportando elegancia y legado a la velada.
Más allá del espectáculo visual, la colección reafirmó el compromiso de la maison con lo artesanal, con el valor simbólico de la moda y con una visión que trasciende el presente. En palabras de los diseñadores: “Roma es eterna, y queremos que nuestras creaciones también lo sean”.
Dolce & Gabbana consolidó en Roma una narrativa poderosa, donde la tradición se entrelaza con el glamour, y la alta moda se convierte en un acto casi espiritual. En una celebración íntima para 450 invitados, la firma italiana volvió a demostrar que la elegancia puede ser un gesto cultural, emocional y eterno.
