El mundo de la moda despide a uno de sus grandes maestros.
Giorgio Armani, el legendario diseñador italiano, falleció a los 91 años rodeado de sus seres queridos, según confirmó su casa de moda. Su partida marca el fin de una era en la que la elegancia sobria y el lujo atemporal encontraron en él a su máximo representante.
Fundó su firma en 1975 en Milán y, desde entonces, transformó la manera de vestir del hombre y la mujer modernos con su icónico traje desestructurado.
Armani no solo redefinió la moda ejecutiva y el glamour de la alfombra roja, también convirtió su apellido en un imperio global que abarca alta costura, fragancias, mobiliario, hoteles y hasta deportes. Bajo su visión, Milán se consolidó como una capital indiscutible de la moda.
El diseñador, conocido como “el modisto de las estrellas”, vistió a figuras como Richard Gere, Julia Roberts, Lady Gaga y Rihanna, dejando huella en la cultura popular y en la historia del cine y la música. Su estilo depurado, alejado de excesos, demostró que la sofisticación podía ser sinónimo de sencillez.
La noticia de su fallecimiento ha generado homenajes en todo el mundo. En Milán, se abrirá una capilla ardiente en el Armani/Teatro los días 6 y 7 de septiembre, mientras que el funeral será privado, en línea con su carácter reservado.
Con una fortuna valorada en más de 10 mil millones de dólares, Armani fue también uno de los diseñadores más exitosos de todos los tiempos. Sin embargo, más allá de las cifras, su verdadero legado está en la manera en que enseñó al mundo a vestir con confianza, estilo y autenticidad.
Hoy, la moda se queda sin uno de sus grandes visionarios. Pero la herencia de Giorgio Armani, ese lenguaje de elegancia tranquila, innovación constante y visión global, seguirá viva, inspirando a nuevas generaciones que encuentran en él la prueba de que la moda puede trascender épocas y convertirse en historia.