Recuerdo que mi primera conexión con la moda siempre ha sido mi mamá. Ella cosía y creaba vestidos para las señoras del pueblo donde vivíamos, mientras yo, de niño, jugaba con los retazos de tela que guardaba en un saco de arroz. Con ellos hacía almohadas o cartucheras para mis colores del colegio y jugaba a escondidas, pues mi papá no me podía ver. Mi mamá, siempre cómplice, me metía debajo de la mesa para que pudiera seguir creando. Sin saberlo, me enseñó que la moda no solo es costura o tendencia, sino dedicación, detalle y amor por lo que se hace. Hoy, aunque ella ya se retiró de la costura, sigue inspirándome todos los días con nuestras conversaciones y con sus palabras llenas de orgullo. Y aunque yo no sea diseñador, encontré mi lugar en este universo que ella me presentó.
Soy Camilo Correa, comunicador social y periodista de moda, con más de una década transformando espacios, personas y marcas a través del visual merchandising, el styling y el marketing estratégico. He tenido el privilegio de trabajar con marcas como Vélez y Tennis, liderando estrategias visuales en seis países, diseñando experiencias para sus tiendas, entrenando a equipos de personal shoppers y creando vitrinas que reflejan el ADN de cada colección.
Más allá de mi labor en el punto de venta, vivo la moda con curiosidad y pasión: investigo tendencias, leo libros de historia de la moda y busco entender cómo lo que vestimos cuenta nuestra historia y refleja nuestra cultura. Esa inquietud me llevó a enseñar en redes sociales, ayudando a las personas a ver la moda como algo cercano, accesible y, sobre todo, como una herramienta para empoderarse y expresarse.
En mi carrera he aprendido que la moda no es vacía: la moda tiene alma, tiene sentido… y factura. Por eso, hoy ayudo a desarrollar estrategias comerciales que llevan tráfico a lugares clave en Colombia y Latinoamérica. También he compartido mi visión y conocimiento en espacios como Colombiamoda, en el Pabellón del Conocimiento, y en los Fashion Talks. Además, lancé mi propio proyecto: Desvistiendo el Podcast, donde analizo íconos, tendencias y fenómenos culturales con una mirada crítica y humana.
Creo firmemente que el verdadero lujo está en los detalles y en la autenticidad de cada experiencia. Por eso, en cada vitrina, colección o evento en el que participo, mi meta es que la gente no solo compre, sino que viva un momento que se quede en su memoria. La moda es mi oficio, mi pasión y mi motor creativo; una herencia emocional que comenzó en las manos de mi mamá y que hoy me impulsa a vestir historias que inspiran.
La moda dejó de ser solo lo que vemos; hoy es también lo que sentimos. Nos vestimos como quien escribe un capítulo íntimo: a veces como refugio, otras como grito, nostalgia o afirmación. Hablar de tendencias ya no es únicamente enumerar telas y siluetas: es hablar de emociones colectivas y de cómo el color se convierte en un lenguaje silencioso pero poderoso. Cada tono que elegimos es, sin saberlo, una declaración… incluso una forma de resistencia.
Octubre, noviembre y diciembre: una paleta para florecer y celebrar
Para estos meses nos encuentran en plena primavera–verano: días más largos, más luz, más ganas de salir y celebrar. La moda acompaña ese espíritu con colores que invitan a la conexión, la apertura y la autoafirmación.
¡no te preocupes en cómo llevarlos, aquí te enseñamos!
Future Dusk – Crepúsculo Futurista
Ideal para un vestido fluido de noche o un conjunto de pantalón ancho y top satinado. Combínalo con plata envejecida o con beige claro para suavizarlo. Si prefieres algo casual, unos jeans rectos en este tono con camiseta blanca y sandalias neutras son infalibles.
Celestial Yellow – Amarillo Celestial
Funciona perfecto en blusas ligeras o vestidos midi para el día. Va de maravilla con blanco óptico, camel o denim claro. En accesorios, un bolso en este tono puede iluminar un look neutro sin recargarlo.
Cherry Lacquer – Rojo Cereza Profundo
Llévalo en un blazer o en un vestido de corte sencillo para un evento. Se ve sofisticado con negro profundo o azul marino, y romántico si lo mezclas con rosado empolvado. Un labial en este tono eleva cualquier look básico.
Neon Flare – Rojo Neón
Perfecto para acentos: un top de tirantes, unas sandalias o un bolso pequeño. Contrástalo con denim oscuro o tonos tierra para equilibrar su fuerza. Si eres más atrevida, un vestido completo con labios neutros es pura energía.
Retro Blue – Azul Nostalgia
En un pantalón ancho o falda midi funciona como neutro de base. Combínalo con blanco, mostaza o estampados pequeños. Una camisa en este color con pantalón beige y accesorios dorados es ideal para oficina de verano.
Transformative Teal – Verde Transformador
Ideal para prendas estructuradas como blazers, pantalones sastre o vestidos camiseros. Combínalo con blanco roto, nude o estampados botánicos. Un pañuelo en este color puede transformar un look sencillo.
Wax Paper – Blanco Marfil Suave
Perfecto para total looks en lino o algodón, ideal en vestidos o trajes ligeros. Acepta cualquier color vibrante como acento: coral, verde ácido o azul intenso. Añade textura con bolsos tejidos o zapatos de rafia.
Fresh Purple – Púrpura Fresco
Funciona muy bien en blusas fluidas, maxifaldas o accesorios como aretes grandes. Se ve poderoso con amarillo cálido, neutros cálidos o estampados florales. En maquillaje, un delineado sutil en este tono da un toque diferente.
Cocoa Powder – Marrón Cacao
Perfecto en prendas de cuero o tejidos como lino. Combínalo con blanco, verde oliva o tonos arena para un look natural. Una cartera o botas en este color son inversiones atemporales.
Green Glow – Verde Brillante
Un acento ideal para prendas pequeñas: un top, un bolso o zapatos. Funciona increíble con negro, beige o denim. Si quieres impacto, un vestido corto en este color con accesorios minimalistas es un acierto.
Recuerda que vestirse no es obedecer el calendario de la moda, es decidir cómo queremos habitar el mundo. Estas tendencias no buscan encasillarte, sino abrir posibilidades: reconocer qué color te acompaña hoy, cuál te cuida o cuál te impulsa.
La moda ya no dicta: invita. Y tú decides si quieres gritar en rojo o abrazarte en marrón. Porque, al final, cada mañana frente al armario es una oportunidad para decir:
Asi me voy a empoderar hoy…